Cada cual, a su manera
El elefante
Tomás
vivía con lujo y
pompa
y miraba a
los demás
por encima de la
trompa.
El paquidermo
arrogante
gritaba cada
mañana:
"Soy el ser más
importante
de la sabana
africana".
Y murmuraba el
ratón
meneando
su bigote:
"¡Este animal
fanfarrón
es tonto de
capirote!".
Tomás, en una
solana,
a la hora del
crepúsculo,
se enredó en una
liana
y no movía ni un
músculo.
La situación, ya de
noche,
sin duda era
peliaguda.
El elefante
fantoche
pedía auxilio y
ayuda.
Menos mal que al
ratoncito
le llevó la voz el
viento.
En cuanto oyó el
primer grito,
acudió en su
salvamento.
Roía sin un respiro
liana de tal
calibre.
Al alba, dando un
suspiro,
el paquidermo era
libre.
Aquel día, el
elefante
gritó a la sabana
entera:
"Todo el mundo es
importante,
cada cual, a su
manera".
Carmen Gil
La funcion de teatro.Señoras y señores dijo el saltamontes, esta noche, a la una se abrira el telon y saldra el sol.
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